ESTO NO ES MÁS QUE UN SUEÑO

Nude with Fruit Platter Henri Lebasque

Nude with Fruit Platter Henri Lebasque

El calificar de «soñada» una parte de un sueño dentro del sueño mismo, tiene por objeto rebajar nuevamente su valor y despojarla de su realidad. Aquello que al final de un «sueño en el sueño» continuamos soñando es lo que el deseo onírico quiere sustituir a la extinguida realidad. Podemos, pues, admitir que lo soñado contiene la representación de la realidad, el recuerdo verdadero y, por lo contrario, el sueño subsiguiente no entraña sino la representación de lo meramente deseado por el sujeto. Así, pues, la inclusión de determinado contenido en un «sueño en el sueño» habrá de considerarse equivalente al deseo de que lo calificado así de sueño no hubiese sucedido. O dicho de otro modo: cuando un determinado suceso es situado en un sueño por la elaboración onírica misma, podemos considerar este hecho como la más decisiva confirmación de su realidad y su más enérgica afirmación. La elaboración onírica emplea el soñar mismo como una forma de repulsa y confirma así la teoría de que el sueño es una realización de deseos.

Sigmund Freud
«Los medios de representación del sueño»
La interpretación de los sueños

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«AL VER LOS MÁRMOLES DE ELGIN» DE JOHN KEATS

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Summertime by Edward Hopper, 1943

AL VER LOS MÁRMOLES DE ELGIN

Noto débil mi espíritu: la mortalidad pesa
sobre mí enormemente, como una pesadilla,
y cada imaginada cumbre y cada cuesta
de divino pesar me dice que yo debo
morir: igual que un águila que, enferma, mira al cielo.
No obstante, es un lujoso placer que ahora lamente
no poseer nublados vientos que me mantengan
fresco para nacer de nuevo al nuevo día.
Tantos vagos prodigios que concibe la mente
una contienda fuerzan en mi pecho del todo indescriptible;
como provocan estas maravillas un doloroso vértigo
que funde y que confunde el esplendor de Grecia con la ruda
ruina del ancho tiempo, y un sol –que es una sombra
de su anterior grandeza– con un furioso mar.

John Keats

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LAS RELACIONES LÓGICAS EN LOS PROCESOS INCONSCIENTES (III). LAS RELACIONES CAUSALES

Balthus, Thérèse Dreaming, 1938. oil on canvas

Balthus, Thérèse Dreaming, 1938. oil on canvas

Para representar las relaciones causales dispone el sueño de dos procedimientos que en esencia vienen a ser la misma cosa. La forma de representación más corriente, cuando, por ejemplo, presentan las ideas latentes el siguiente contenido: «A causa de tales o cuales cosas tuvo que suceder esto o lo otro», consiste en incluir la frase accesoria como sueño preliminar y agregar a ella, como sueño principal, la frase principal. El orden de sucesión puede también ser el inverso, pero la frase principal corresponde siempre a la parte más ampliamente desarrollada.

A una de mis pacientes debo un bello ejemplo de tal representación de la causalidad en un sueño que más adelante comunicaré en su totalidad. Componíase este sueño de un corto preludio y un amplio sueño sucesivo, muy centrado, al que podríamos dar el título de «Por la flor». El sueño preliminar fue como sigue: «Va a la cocina, en la que se hallan las dos criadas, y las regaña por no haber terminado de hacer ‘ese poco de comida’. Mientras tanto, ve una gran cantidad de groseros utensilios de cocina puestos boca abajo a escurrir y formando un montón. Las dos criadas van por agua. Para ello tienen que meterse en un río que llega hasta la casa o entra en el patio.»

A continuación se desarrolla el sueño principal, que comienza en la siguiente forma: «La sujeto baja desde un elevado lugar, avanzando por una singular pasarela, y se regocija de que sus vestidos no queden enganchados en ningún sitio…» El sueño preliminar se refiere a la casa paterna de la sujeto. Las palabras que ésta dirige a las criadas las ha debido de oír, sin duda, a su madre en ocasión análoga. El montón de bastos utensilios de cocina procede del recuerdo de la cacharrería que existía establecida en la misma casa. La segunda parte del primer sueño contiene una alusión al padre de la sujeto, el cual acostumbraba interesarse demasiado por las criadas, y que murió a consecuencia de una enfermedad contraída en una inundación; la casa se hallaba situada a orillas de un río. Así, pues, el pensamiento que se oculta detrás del sueño preliminar es el siguiente: «Por proceder yo de una tan humilde e insatisfactoria condición…» El sueño principal recoge este mismo pensamiento y lo expresa en una forma modificada por la realización de deseos: soy de elevada procedencia. En realidad, pues, por ser de tan baja procedencia, ha sido ésta mi vida.

Por lo que hasta ahora he podido ver, la división de un sueño en dos partes desiguales no significa siempre la existencia de una relación causal entre las ideas correspondientes a cada una de las mismas. Con gran frecuencia parece como si en ambos sueños fuese representado el mismo material desde dos diferentes puntos de vista. Esto es lo que sucede seguramente en aquellas series de sueños sucesivos de una misma noche, que terminan en una polución, y a través de los cuales va conquistándose la necesidad somática, una expresión cada vez más clara. Puede también suceder que los dos sueños proceden de centros distintos del material onírico, cruzándose sus contenidos, de manera que uno de ellos presenta como centro aquello que en el otro actúa como indicación, y recíprocamente. En cambio, existen otros casos en los que la división en un breve sueño preliminar y un más extenso sueño ulterior significa realmente la existencia de una relación causal entre ambos fragmentos. El segundo procedimiento de representación a que antes nos referimos es puesto en práctica cuando el material dado presenta una menor amplitud, y consiste en que una imagen onírica -de una persona o de una cosa- queda transformada en otra. Pero sólo cuando vemos desarrollarse en el sueño esta transformación es cuando podemos afirmar la existencia de la relación causal, y no, en cambio, cuando observamos simplemente que en lugar de una imagen ha surgido otra. Dijimos antes que los dos procedimientos empleados por el sueño para representar la relación causal venían a ser, en el fondo, una misma cosa. Ambos representan, efectivamente, la causación por una sucesión. El primero, por la sucesión de los sueños, y el segundo, por la transformación inmediata de una imagen en otra. De todos modos, lo general es que la relación causal no obtenga representación especial alguna, quedando envuelto en la obligada sucesión de los elementos del proceso onírico.

Sigmund Freud
“El trabajo del sueño. Los medios de representación del sueño”
La interpretación de los sueños

Consulta de Psicoanálisis

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